El trabajo de duelo

El trabajo de duelo

Cuando hablamos de duelo tendemos a pensar, únicamente, en las reacciones que se experimentan tras el fallecimiento de un ser querido, sin embargo, el duelo es una tarea bastante más complicada y puede padecerse por diversas circunstancias. Por ello, el proceso de duelo puede experimentarse tras diferentes tipos de pérdidas y, no exclusivamente, como consecuencia de pérdidas por la muerte.

Una de las formas más sencillas de entender las causas del duelo es a partir de la necesidad de apego. Parte de nuestra naturaleza humana reside en la búsqueda de establecer vínculos emocionales significativos con otras personas y esto, de manera simplificada, es una forma de supervivencia, un modo de asegurarnos protección y apoyo. De esta forma, cuando aparecen situaciones que amenazan la seguridad de mantener la alianza afectiva formada, se experimenta un cierto tipo de reacciones que podríamos denominar universalmente humanas: tristeza, llanto, ira,...Cuando el proceso de resolución de tales reacciones se efectúa de manera adecuada, nuestra percepción de amenaza desaparece, por lo que, seremos capaces de restablecer los lazos afectivos y, es entonces, cuando resurgirán en nosotros sensaciones de alivio y bienestar.

De esta forma, el proceso de duelo normal es todo aquel trabajo que supone la resolución adecuada de sensaciones, emociones y conductas en respuesta a la desvinculación emocional y afectiva sufridas. Por consiguiente, podemos padecer un duelo por diversidad de pérdidas como un divorcio, el cambio de residencia de un amigo, la pérdida de un trabajo o cuando un hijo se va a estudiar fuera de la ciudad, entre otras.

REFERENCIAS

Bowlby, J. (1983). La pérdida afectiva. Paidós.
Neimeyer, A. (2007). Aprender de la pérdida. Paidós Ibérica.
Worden, J. (1982). El tratamiento del duelo. Paidós.