¿Qué es un ataque de pánico?
El denominado “ataque de pánico” se define como una aparición súbita de miedo o malestar intenso que alcanza su máxima expresión en minutos, acompañado por síntomas específicos tales como:
- Aceleración de la frecuencuencia cardíaca, palpitaciones.
- Sudores.
- Temblores.
- Sensación de ahogo.
- Molestias en el pecho.
- Náuseas o malestar abdominal.
- Mareo.
- Sofocos o escalofríos.
- Sensación de hormigueo en las extremidades.
- Sensación de irrealidad.
- Miedo a morir o a perder el control.
La intensidad de dichos síntomas es tan abrumadora que dificulta el reconocimiento de los pensamientos ansiosos primarios, por lo que, la persona que los sufre focaliza su atención en la manifestación y desarrollo de los síntomas fisiológicos que percibe.
A partir de estas percepciones, se activan determinados esquemas de pensamiento relacionados con el miedo a morir o perder el control de la situación; siendo estas propias interpretaciones las que redirigen la atención hacia los procesos fisológicos implicados en los síntomas físicos (respiración, frecuencia cardíaca, equilibrio), intensificando las sensaciones corporales de falta de aire, palpitaciones y mareo, por lo que, se refuerza la convicción de las ideas previas.
Llegados a este momento, el curso de un ataque de pánico toma su punto más álgido; aquel en el que los procesos atencionales se encuentran plenamente centrados en las sensaciones del cuerpo y las convicciones catastróficas futuras, limitando la capacidad de revalorizar el pensamiento desencadenante y, por ende, aumentando la percepción de peligro.
REFERENCIAS
APA. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5. Panamericana.
Beck, A. & Clark, D. (2012). Terapia Cognitiva para Trastornos de Ansiedad.Desclée de Brouwer.